viernes, 12 de junio de 2015


SIN CORAZON.




Ayer por la tarde, me encontraba descansando con mi hermana, ella leía temas curiosos en Internet, y entre tantos siempre hay uno que llama más la atención. Las medusas no tienen corazón.
¿No es sorprendente? Entonces, ¿cómo viven? ¿Qué son? ¿Piensan?
Cada vez que algo llama la atención, que nace la duda, es preciso investigarlo. Y esto es lo que encontré:

LAS MEDUSAS.
Las medusas son las criaturas invertebradas más antiguas de la tierra, aproximadamente de hace 700 millones de años y llegan a vivir de horas a 6 meses, viven en aguas oceánicas y están compuestas de un 90% a 95% de agua.
Su característica principal es el paraguas o campana que poseen, formado por un tejido de epidermis muy fino que esta a su vez compuesto de mesoglea.

Hay aproximadamente 2 000 especies, donde la medusa melena de León es la especie más grande del mundo con una longitud de 120 pies y cuando se sienten atacadas liberan que causan dolor o enfermedades.





Para nadar, las medusas se dejan llevar por las corrientes oceánicas o contraen su campana hacia afuera, para lograr impulsarse hacia delante.
Tienen la boca en el centro del cuerpo, rodeada de tentáculos, su cavidad funciona como estomago e intestino una vez terminada la digestión.

Huelen, se orientan y detectan la luz por sensores nerviosos primitivos situados en sus tentáculos por lo que no tienen cerebro, ni corazón.

Y un dato curioso es:
Que en 1988 el biólogo Christian Somer encontró en Italia una especie de medusa mejor conocida como Turritopsis Mutrisa con una extraña capacidad de retroceder su ciclo vital, llamado de otra forma como transdiferenciación¸ que es, cuando la medusa llega a su edad adulta, pone una pausa y regresa por así decirlo a las diferentes etapas de su vida, hasta llegar a ser bebé.

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